En las traducciones médicas del inglés al español pululan los calcos (léxicos y gramaticales), los falsos amigos y las interpretaciones y traducciones erróneas. En el caso del lenguaje técnico y científico, la corrección y la precisión son factores de suma importancia. Un mínimo error puede tergiversar el sentido del original.
Puntuación
Veamos este ejemplo:
Los azúcares más simples son la glucosa y la fructuosa, que forman la miel
, y la sacarosa.
Los azúcares más simples son la glucosa y la fructuosa, que forman la miel y la sacarosa
No es necesario mucho conocimiento científico para saber que la versión correcta es la primera. Hay tres tipos de azúcares, no dos.
Una simple coma puede cambiar radicalmente el sentido de una frase.
Léxico
Los textos médicos traducidos suelen padecer el
"desorden" de los calcos y falsos amigos. Así, los médicos
clampean o realizan estudios
randomizados, al paciente lo
angioplastiaron porque tenia una
condición severa; se utilizan
cerdos guineanos en las pruebas de laboratorio y los
infantes no van al jardín de infantes.
Algunos falsos amigos resultan ridículos en español. Tal es el caso de la traducción de
patent (no obstruido) por *patente, que resulta en frases como *patencia vascular (lo correcto sería 'permeabilidad vascular') o *arteria patente (lo correcto sería 'arteria permeable/abierta/no obstruida').
La traducción del término inglés
compromise por *compromiso es otro de los falsos amigos hilarantes.En inglés,
compromise se refiere al deterioro o insuficiencia respiratoria/cardiopulmonar/etc. y no tiene nada que ver con el sentido de la palabra compromiso en español. En Google Académico la frase "compromiso pulmonar" nos ofrece 1860 referencias; "compromiso respiratorio", 1610 referencias.
En cuanto a la
acentuación, también hay desacuerdos entre médicos por un lado y traductores y correctores por otro. Las palabras terminadas en -scopia o en -plastia no llevan tilde. Así: endoscopia (no endoscopía), colonoscopia (no colonoscopía), angioplastia (no angioplastía), mamoplastia (no mamoplastía), etcétera. Y, aunque los galenos crean pronunciar *sindrome (con acento en la o) suena muy profesional, la palabra síndrome es esdrújula.
Gramática
Solemos leer traducciones del inglés con abundancia de voz pasiva. En el nivel gramatical, mientras el inglés prefiere la voz pasiva, en español predomina la forma impersonal o pasiva con ‘se’
The oocyte (egg) is removed… and is placed…
Se extrae el ovocito (óvulo)… y se coloca...
Donde el inglés tiende a la nominalización y adjetivación, el español prefiere frases verbales:
… reduce the potential for
the termination of affected fetuses diagnosed by prenatal testing.
…reduce la posibilidad de
interrumpir el embarazo cuando los análisis prenatales hayan detectado enfermedad en el feto.
Como bien señala Fernando Navarro, médico y traductor:
Los médicos de habla hispana suelen ser conscientes de que el inglés está modificando el uso que hacen de su lengua materna, pero no lo son tanto de la intensidad y el alcance de esta influencia. Para muchos, la influencia del inglés en el español médico parece limitarse exclusivamente al uso creciente de anglicismos patentes, como borderline, buffer, by-pass, clamping, distress, doping, feedback, flapping tremor, flush, flutter, handicap, immunoblotting, killer, kit, mapping, pool, rash, relax, scanner, screening, shock, shunt, spray, staff, standard, stress, test, turnover o versus. Olvidan que la influencia del inglés es muchísimo más extensa e intensa, y afecta a todos los niveles del lenguaje: ortográfico («amfetamina», «colorectal», «halucinación», «proteina»), léxico (confusión entre ‘ántrax’ y ‘carbunco’, entre ‘urgencia’ y ‘emergencia’, entre ‘plaga’ y ‘peste’, entre ‘timpanitis’ y ‘meteorismo’, entre ‘pituitaria’ e ‘hipófisis’) y sintáctico (abuso de la voz pasiva perifrástica, aposición de sustantivos, eliminación del artículo a comienzo de frase, abuso del artículo indefinido, etc.).
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El perfil de un traductor no se define solo por los idiomas en los que trabaja sino también por las áreas de especialización. Todas las áreas del saber tienen una jerga propia que los traductores deben manejar como requisito indispensable. El traductor es lingüista en primer lugar y, en segundo lugar, especialista en textos pertenecientes a una disciplina, lo que no significa que deba ser especialista
en esa disciplina. La consulta de diccionarios especializados no debe ser el único recurso; la lectura de textos en lengua original, el conocimiento de ciertos conceptos elementales de su área de especialización y la consulta con profesionales de la disciplina son prácticas habituales que hacen al profesionalismo de un traductor. Un traductor no es un médico, un abogado, un astrónomo ni un matemático; tampoco a la inversa.
Imprescindible en la biblioteca del traductor médico:
Navarro, F. A. (2005)
Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (2° edición). Madrid: Mc-Graw Hill-Interamericana.